Como ya hemos visto, el comportamiento del
shopper en el punto de venta desencadena diferentes
tipos de compra, en esta ocasión, vamos a abordar un tema en el que se verá reflejado este mismo comportamiento, pero traducido en clasificación de bienes de consumo.
Bienes de conveniencia: Son productos que se compran frecuentemente, de forma inmediata y con el mínimo esfuerzo; cigarros, papitas y refrescos son buenos ejemplos. Los bienes de conveniencia se dividen en:
- Staplers: Son productos tan habituales que forman parte del día a día del consumidor (pasta de dientes, papel de baño, shampoo, etc.), aquí el factor determinante es la proximidad del producto en el punto de venta para lograr destacar de su competencia.
- De compra impulsiva: Son compras imprevistas, por antojo o capricho, son esos productos que están cerca del área de cajas y nos llevamos sin razón aparente.
- Productos de emergencia: Son los productos que se compran más por necesidad que por gusto. Como cuando salimos del metro y hay una tormenta, no nos queda de otra que comprar un paraguas con algún ambulante.
Productos shopping: Como su nombre lo dice, son los productos en los que hacemos todo el ritual de shopping para adquirirlos; en otras palabras, estamos dispuestos a perder la cantidad de horas que sean necesarias con tal de comprar la mejor opción. Los productos shopping se dividen en:
- Productos shopping homogéneos: Aquí sólo importa el precio, el consumidor elige el más bajo, ya que los demás atributos le son indiferentes.
- Productos shopping heterogéneos: Cuando el producto tiene características más hetorogéneas (muebles, tenis, el vestido para la graduación o los XV años), el precio pierde relevancia, dándole mayor importancia a otros atributos. En los productos heterogéneos, la información obtenida por los promotores es crítica en el proceso de compra.
Bienes de especialidad: Son productos de marcas que han logrado un posicionamiento muy destacado y diferenciado, en estos, el consumidor va a querer esa marca y sólo esa. Ejemplo de bienes de especialidad son Harley-Davidson, Apple, y todas aquellas marcas que a pesar de que llegue a ser complejo adquirirlas, el consumidor está dispuesto a afrontar los obstáculos para obtener su objeto de deseo.
Bienes no buscados: El consumidor desconoce de su existencia o simplemente no desea comprarlos, ejemplos de estos productos "aburridos" son: seguros de vida, tumbas y enciclopedias.
Como podemos observar, esta clasificación es sumamente importante para aplicar las fuerzas de ventas y de comunicación más adecuadas. Si no sabemos identificar en qué categoría se encuentra nuestro producto, probablemente este sea un fantasma más dentro del punto de venta.
Hasta siempre.